miércoles, 26 de agosto de 2009

Creando Una Apariencia

¿Qué diablos nos pasa? ¿Acaso dependemos de lo que digan los demás? ¿Donde quedo el ser fiel a nosotros mismos? Al parecer hemos olvidado nuestros principios, mientras nuestro mundo es dominado por quienes piensan que un montón de huesos y una mirada casi vacía son sinónimos de belleza y perfección.

Nos ha causado sorpresa que una de nosotras fuera al centro a comprar ropa y pasando las estanterías de “El Templo de la Moda” viera un jean marca “Anorex”. ¿Qué pasará luego si el sida se pone de moda? ¿Sacarán unos cucos marca VIH? ¡Qué falta de humanidad!

María y Andrea estudiaron con una de nosotras en el colegio Adventista. Eran hermanas y gorditas; de pronto empezaron a adelgazar y a oler a vómito. Una de ellas estuvo a punto de morir cuando se le infectó el intestino delgado. Luego la infección se regó. Buena parte de los ahorros de los padres quedaron desparramados en hospitales, clínicas y laboratorios que cobraban los servicios que no cubría la EPS. ¡Qué falta de conciencia!

Si supuestamente nosotros los latinos (en especial las mujeres) somos de baja estatura y (curvilíneos)marcados cuerpos, ¿cual es la constante necesidad de querer aparentar lo que no somos? si por herencia de nuestros antepasados, tenemos una figura (cuerpo) que marca la diferencia, todo el tiempo deseamos lucir como una mala publicidad, que desfigura la conciencia de lo que realmente es bello, aun cuando la belleza es tan subjetiva.

Nos pintan un mundo en que solo valemos por el ancho de nuestras caderas, por la voluptuosidad de nuestros senos, por el claro de nuestro cabello, incluso por la ropa que usamos, en otras palabras vivimos en un mundo que es bombardeado constantemente por el exceso de vanidad y el concepto erróneo de lo que es tener un físico ideal.

La bulimia y la anorexia parecen ser una salida fácil, para lo que hoy nos exige ser la sociedad, para la perfección a la que estamos sometidos, que nunca lograremos, este camino es recorrido por miles de personas, hombres y mujeres, que no siempre suelen tener un final, al menos no uno final feliz. La publicidad que se encarga de vender las medidas “perfectas” se encarga también d estigmatizar a jóvenes que tienen una autoestima muy baja; aunque este fenómeno no solo se da en las mujeres, la vanidad ha llegado al mundo de los hombres, se depilan el cuerpo, hacen dietas, cuidan de su cabello, de su cuerpo y en ese cuidar excesivo es que aparecen trastornos de la alimentación, si aunque el mundo lo niegue la bulimia y la anorexia también afectan a los hombres.


Hemos llegado tan lejos que la vanidad puede llegar hasta a cambiar lo que creemos y lo que realmente somos.

(Galeria de fotos )

Realizado por :

  • Angela Castro
  • Nathalia Rosero
  • Lilian Escobar
  • Karen Bonilla

miércoles, 19 de agosto de 2009

REDESCUBRIENDO A CALI

















Tal vez no es el lugar mas concurrido d e la cuidad, sin embargo, cabe notar que al
estar de pie en un barrio tan antiguo como lo es San Antonio, podemos sentir el contraste que existe, la diferencia tan abismal a la que nos enfrentamos, al estar viviendo hoy por hoy de una manera tan acelerada.
La vida en este sitio parece detenerse, y hacernos olvidar por un momento lo pesado y agotador de la rutina diaria.

Al transitar por las silenciosas calles de San Antonio descubrimos la otra cara un poco oculta de la ciudad de Cali, una que no muchos conocen, el ambiente que logramos respirar, parece ser puro, estar libre de la polución que invade nuestra sociedad, libre del estrés y la angustia de la que casi imposible huir en esta gran ciudad.





De las construcciones en el sector, podemos apreciar un estilo clásico-colonial, sus techos siempre en teja color marrón, los marcos de las ventanas y las puertas elaborados en madera, y no es extraño ver algunas imágenes religiosas en dichas puertas, que parecen que fueron puestas con la intención de proteger el hogar.
Alrededor de la iglesia que está en lo alto del barrio, se tejen muchas historias, una de ellas gira en torno a San Antonio, santo patrón en la búsqueda del amor, este pequeño pero efectivo ritual, como aseguran quienes lo han intentado, ¡funciona! consiste en hacer una corta plegaria a San Antonio quitarle el niño que tiene entre brazos y ponerlo de cabeza, al parecer es la única esperanza que queda para muchos en estas cuestiones del corazón.

Por otro lado están las hermanas clarisas, quienes hicieron un voto de silencio, pureza y obediencia a la iglesia, ellas se les prohibe salir a dar paseos a los alrededores, están enclaustradas en este lugar, tanto así que en el momento de su muerte son sepultadas en la parte posterior de la misma iglesia.
A medida que nos alejamos de lo más alto del barrio San Antonio, nos damos cuenta que se acercan las grandes construcciones que son características de una gran cuidad en estos tiempos, los hoteles, apartamentos, toda la modernidad nos envuelve, los grafitis en donde se plasma el arte urbano.





Justamente en la calle quinta, en donde es innegable lo opuesto de estos dos mundos en una misma Cali, el estridente y molesto ruido de los carros y buses del transporte público, las personas suelen estar muy alerta pues los llamados “amigos de lo ajeno” no se hacen esperar, gracias a la desafortunada experiencia de los vecinos, optamos por la prudencia.

Al aproximarnos a la Plaza de San Francisco , es inevitable pasar por alto la inmensa riqueza arquitectónica y cultural la cual ha venido creciendo con el tiempo, y con ella los espacios que dan lugar a las exposiciones y obras que se presentan en el centro cultural y el teatro municipal.

Y con todo esto no se da por perdido el toque propio, lo que nos hace diferentes, un sello que indica que las raíces siguen presentes, el tradicional menú ejecutivo que según nuestro gusto puede variar, el sancocho de gallina , la carne asada, los pericos, etc.







En la Plaza de San Francisco , vemos más de cerca los acelerados y largos pasos que son parte de nosotros mismos, las personas que buscan vender comidas, fotografías junto a las palomas que permanecen en el lugar, el maíz para las mismas; mientras que todos ellos trabajan hay quienes esperan, duermen, lloran, envueltos en miseria y provocando miles dudas en quienes los pasamos por el lugar.


La unión de cada cosa que nos rodea, hace parte de nuestra realidad, nos hacen sentir que la cultura colombiana es algo muy propio y que no tenemos nada que envidiarle a otros mundos, No podemos olvidarnos de nuestras raíces porque ellas nos recuerdan de donde y quienes somos.


Realizado por :
  • Angela Castro
  • Nathalia Rosero
  • Lilian Escobar
  • Karen Bonilla

lunes, 3 de agosto de 2009

EL AQUÍ Y AHORA DEL PUBLICISTA



Teniendo en cuenta los cambios que ha sufrido el mundo desde sus orígenes, cada aspecto ya sea cultural, religioso, etc. Son parte fundamental de lo que es hoy en día un publicista y lo más importante como desarrolla su profesión.


El publicista, debe tener la capacidad de manejar las nuevas tecnologías existentes a su conveniencia, a la conveniencia del contexto en la cual se desenvuelve. El poseer aquella “sabiduría popular” heredada de nuestros antepasados es el puente para aportar una visión fresca y actual a la sociedad de consumo a la cual nos estamos enfrentando día a día.


El persuadir a las personas de manera creativa y contundente, implica conocer al público al que le estamos ofreciendo un producto, servicio o idea. Con este conocimiento previo ya tenemos una base más clara de la cual partir, para saber cuál sería la forma más adecuada de llegar al mismo.

Anteriormente se consideraba a la publicidad un simple arte, pero con el paso de los años, hemos llegado a crear un concepto más claro y preciso de lo que es en realidad, ante todo un método de comunicación, el cual varía dependiendo de la psicología (comportamiento, actitud, motivaciones), los valores, las tradiciones, los aspectos económicos, el nivel de educación, y las creencias que presenten un determinado grupo de personas a las cuales va dirigida cierta clase de publicidad, es decir que no se debe aplicar el mismo método para todo el mundo.


En nuestro país que es derivado de la gigantesca cultura precolombina, ya tiene más o menos un patrón, el cual es necesario estudiar para que la publicidad que se aplique sea positiva y que por consiguiente se recoja lo que se espera.

De lo contrario, si pasamos por alto todo este tipo de variables, la reacción causada, nunca será igual a la que se espera tener.